Las superaleaciones de base-Níquel se utilizan en varios componentes de los motores de avión que trabajan a temperaturas elevadas por su buen rendimiento mecánico y gran resistencia a la oxidación. ¿Sería posible predecir el comportamiento a altas temperaturas de estas superaleaciones antes incluso de fabricarse?. Este reciente artículo en Madri+d explica como esto es viable hoy en día gracias a las herramientas computacionales multiescala, capaces de desarrollar modelos que relacionan el comportamiento real de estos materiales con la microestructura obtenida en los procesos de fabricación.